No me gusta hacer leña del árbol caído, o emplear el "Ya lo dije" a posteriori; pero en esta ocasión lo voy a hacer.
El sábado llegó Joan Plaza con su nuevo equipo, el Cajasol de Sevilla, a Vistalegre, la que ha sido su casa como entrenador jefe durante tres años. Y se llevó un correctivo de los buenos; más, cuando su defensa es la segunda mejor de la ACB (concedió 50 puntos al descanso para terminar cayendo por veinte: 81-61).
En el partido se vio la mejor versión del Plaza-Hide. Excepto solicitar un tiempo muerto tras encajar el primer parcial (6-0 u 8-0, no recuerdo) no hizo nada. Se quedó bloqueado; siguió mayestático en su banda, protestando tibiamente a los árbitros; ni siquiera cambió la defensa para cortar la sangría. En esta ocasión tampoco solicitó su habitual tiempo muerto a falta de cuatro segundos para acabar un cuarto (en Madrid lo hacía siempre fuese el marcador que fuese) para preparar una jugada que nunca sale. Éste ha sido el Plaza de los dos últimos años madridistas, el que parece como si los eventos importantes le sobrepasasen.
¿Es Plaza un buen entrenador? No lo sé, la verdad. Su parte Jekyll llegó en el primer año de blanco, cuando se encontró con el cargo tras la destitución imprevista de Maljkovic tras el cambio de directiva. Ganó liga ACB y Copa ULEB; lo novedoso: variaba los quintetos y rotaba la plantilla (confeccionada por el serbio), y el equipo no jugaba mal del todo, con velocidad, no empleando el baloncesto control de su antecesor; aunque en algunos momentos de los partidos hizo cosas extrañas y el equipo se bloqueaba (la dirección de Tunçeri solía desatascar la situación).
El año siguiente continuó en la misma dinámica; aunque cedió a Tomas a Fuenlabrada, a Sekulic le recortó minutos y limitó su juego a rebotear, Smith perdió fuelle, Raül y Mumbrú campaban a sus anchas sin rendir un mínimo pero con el beneplácito del entrenador. Así, el equipo terminó primero en liga regular y siguió un buen marchamo en Euroliga. Pero llegó el punto de inflexión: la derrota en casa ante Maccabi tras conceder un triple que forzó la prórroga, que a la postre significaría la eliminación en cuartos (a resultas de tener el factor cancha en contra) ante Olimpiakos. A partir de aquí se le terminaron de pelar los cables al señor Plaza. Luego llegó la eliminación a manos de Unicaja (8.º de liga regular) en el primer cruce en dos partidos. Pero la directiva apostó por él para el año siguiente (temporada 2008-09). Una mala planificación (no sé quién tuvo la culpa; pero, por descontado, parte ha de recaer en el entrenador que es el que al final traga) dejó fuera a Sekulic, Tunçeri y Smith a cambio de Papadopoulos (grande con su selección), Massey (MVP Euroliga regular), Hosley (máximo anotador liga turca) y el repescado Tomas (buen año en Fuenlabrada). Ninguno de los cuatro cuajó; a Hosley lo sustituyó Winston en invierno; Massey porque se limitaba a rebotear, sin opciones de jugar al poste como hacía en el Aris; Papadopoulos no aportó nada en defensa y en ataque no se le daba bola, por lo que sus minutos eran escasos; y Tomas porque tampoco gozaba de minutos, aunque hay que decir que el croata tampoco le puso mucho empeño para destacar (tampoco Plaza le perdonó una e iba al banquillo tras cualquier fallo). Así, el equipo se limitó en ataque a Bullock y Reyes -con el quinteto veterano: ellos dos más Raül, Mumbrú y Hervelle)-, lo que llevó a que al final de temporada estuviesen "muertos" y los equipos rivales les cogiesen la medida. Olimpiakos, de nuevo, y Tau terminaron con la carrera del equipo antes de tiempo en las dos competiciones más importantes. De la Copa no hablo porque considero que nadie es favorito en una competición planteada así, y puede pasar de todo. Por lo tanto, Plaza tuvo sus dos versiones (Jekyll-Hide) en el Madrid. Este año en el Cajasol parece empezar con la de Jekyll (ha metido al equipo en la Copa y es la segunda mejor defensa del campeonato). ¿Cuándo llegará la versión Hide? El sábado mostró un primer atisbo.
Más lecturas de la visita: el público madridista le aprecia -fue ovacionado a la entrada y a la salida- y él aprecia a éste (sólo hay que ver sus declaraciones pre partido y sus gestos cuando enfilaba el tunel de vestuarios). La afición considera que a Plaza no se le dio la opción de confeccionar una plantilla como se le ha dado a Messina, con carta blanca para fichar. Y eso se lo valoran a uno y no se lo perdonarán a otro. Uno se ha ganado esa posibilidad con su prestigio a lo largo de los años en Europa; el otro no.