Uno a uno

Con la victoria de ayer del Madrid en el Palau, toca ahora el elogio a Messina, cuando hace dos días le estaban dando para el pelo y casi pedían su cabeza por su sonado fracaso de proyecto. El mundo del deporte es así de hipócrita, y el del periodismo deportivo más.

Un análisis rápido de los dos partidos: al Barça, con su mal juego, no le ha valido simplemente con la bula arbitral y la permisividad de los colegiados hacia su defensa. Rectifico, en el primer choque sí les valió (23 a 6 en tiros libres en un partido que terminó 68-61); ayer se igualó el tema (25 para el Barça, 21 para el Madrid), permitiendo más el contacto en la zona blanca, y el resultado fue diferente. Los analistas, sobre todo los más forofos, señalan que el escaso acierto en tiros de tres condenó a los catalanes a la derrota; pero es que si vamos a las estadísticas podemos ver que el porcentaje de los blancos fue incluso peor, aunque hay que decir que con menos lanzamientos (6/23 para los culés -26% de acierto- y 3/13 para los merengues -23%-). Luego se señala como determinante la ausencia de Navarro (-2) y Ricky (-1), pero no se menciona la de Llull (0), Bullock (+2, en 24 min. de juego) y Reyes (+4).

En definitiva, las claves de la derrota blaugrana son las mismas que pueden argumentar los blancos para explicar por qué no ganaron de mayor diferencia, o haberse impuesto el pasado martes.

Con todo, la eliminatoria sigue igualada y el factor cancha no es determinante para un equipo que gana a cualquiera y pierde con cualquiera. Lo que está claro es que Messina les ha señalado el camino para romper con el gafe, por llamarlo de alguna forma.

París sigue muy lejos.