martes, 15 de marzo de 2011

Civismo


Ya han pasado cuatro días desde que ocurriese la catástrofe que ha asolado el noreste de Japón y los hechos que se suceden no dejan de sorprender. No sólo están las cifras devastadoras y el estado de inquietud en que se ha imbuido el planeta a la espera de acontecimientos en la central nuclear de Fukushima, ya que se ha producido una nueva explosión en otro de los reactores, la radiación se extiende hacia todas partes (¿En qué proporción? Ésa es la incógnita) y a la población se la ha evacuado en un radio de 30 kilómetros y se le recomienda no salir de sus casas.

Además de todo este varapalo negativo hay que destacar lo positivo, el ejemplo que está dando el pueblo nipón. En tan dramáticas circunstancias no ha perdido su civismo. Apenas se han producido altercados y saqueos; los comerciantes y los transportistas no han subido los precios y la gente aguarda paciente en colas para abastecerse de alimentos, agua y combustible, o para llamar por teléfono a sus familiares, pues los móviles no funcionan. Encomiable.

Las comparaciones son odiosas, pero no me gustaría ver qué sucedería aquí en España si ocurriese algo parecido. ¿Alguien recuerda la que se lió en los supermercados cuando la 1.ª Guerra del Golfo? ¡La 1.ª Guerra del Golfo! ¡Sí, el golfo Pérsico y no el de Vizcaya, el de Valencia o el de Cádiz, que son los que nos cogen cerca! ¿O cuando se declaró la huelga de transportistas hace un par de años?

Y no es por criticar, pero deberíamos aprender del pueblo japonés.

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