No hay duda de cuál es el mejor equipo de fútbol del momento, por mucho que algunos periodistas quieran vender otras cosas mediante cortinas de humo. La realidad es la que es. El sábado, el Barça demostró que está un peldaño por encima del Madrid. Fue fiel a su estilo, y eso que se intuye que el equipo no está pasando su mejor momento. Aún así, le vale ante un equipo que se cortocircuita cuando tiene delante la samarreta blaugrana (¿por qué le pasó lo mismo contra el Levante? Misterios freudianos). Los hados hicieron que Benzema marcase a los 23 segundos. Pero el Barça siguió a lo suyo, y con un poquito empató. Incluso siguió cediendo pelotas para que Valdés las jugase con el pie pese a su cantada en el gol madridista. En la primera parte ni se vio a Xavi, ni a Iniesta, ni a Álves, y mucho menos a Cesc. Al Barça le sirvió Alexis y dos carreras de Messi, y con eso se marchó al vestuario con un empate. En el Madrid sólo destacaron Benzema, Lass y Ötzil, sacando varias contras que se difuminaron rápido debido al nerviosismo de los estiletes merengues. Di María no da la talla, es un pollo sin cabeza; Cristiano tuvo el 2-0 (y luego el 2-2), pero es el ejemplo claro del cortocircuito blanco y no embocó ninguna; al igual que los dos centrales (Ramos-Pepe), que hasta lo que se llevaba de temporada parecían la mejor pareja del mundo; el sábado se caían, despejaban al patadón, hacían faltas a destiempo, vamos, que eran unos flanes. Algo así como Casillas, que está visto que lo suyo con el pie lo ha dejado pendiente para su próxima vida. Marcelo, por su parte, no pasó del medio del campo y Xabi Alonso estuvo desaparecido. Luego vino el afortunado 1-2, y se terminó el asunto con la puntilla del 1-3 en una contra de muchos quilates. Lo demás, paseo culé ante un Madrid que ni la olió en cuanto se marchó Ötzil (con el 1-2).
Esta vez no hay excusas arbitrales para Mou ni para el madridismo. Personalmente creo que el Barça se comió al Madrid más que en el 2-6 o el 5-0. Fue superior a nivel mental, que no de juego (sólo a partir del 1-3). Y eso es lo rotundo y evidente. Por suerte para los blancos, están con los mismos puntos y si ganan al Sevilla serán tres por encima. Tendrán que intentar crear un colchón para ir al Nou Camp con holgura, porque allí son fijos los tres puntos para los culés. Cosa es que en este tiempo vayan todos al psicoanalista para que les quite la fobia al blaugrana.
Luego está lo del baloncesto. Ayer Estudiantes le endosó un 90-85 a los merengues. ¡Un equipo hecho para correr y anotar y le endosan 90 puntos! Diecisiete puntos de ventaja en el primer cuarto se esfumaron en un visto y no visto. Se han marchado los dos ÑBA y primera derrota ante un equipo inferior; sí, inferior, por mucho que los del Ramiro ayer hiciesen el mejor partido de lo que va de temporada. Las carencias blancas en el Palacio fueron las exhibidas hasta ahora: pivots (Tomic y Begic) blandos en rebote aunque con chispazos de ambos en ataque, falta de dirección de juego en estático, sufrimiento cuando no se corre, jugadores de paseo (Rodríguez, Suárez, Reyes), y a tu mejor baza en ataque (Carroll) olvidada en los momentos clave, al igual que un desdibujado Mirotic, que sólo destacó en el rebote. Tirón de orejas a Laso, que tendrá que espabilar y meter a Singlair cuanto antes en la dinámica de juego.
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