domingo, 24 de febrero de 2013

La censura de la realidad

Ayer fue 23-F y estaban convocadas por parte de unos 300 colectivos, en decenas de ciudades de España, concentraciones y marchas en contra de la política de recortes del gobierno del PP y el golpe de estado financiero que estamos sufriendo. En Madrid la marcha fue multitudinaria, y en los demás lugares el seguimiento fue numeroso. Pues bien, por curiosidad me he metido esta mañana en los diarios de tirada nacional para comprobar el tratamiento que han dado a la noticia en su portada. Para mi indignación, no para mi asombro, me he encontrado con que, a excepción de El País y Público -esos panfletos bolcheviques-, ninguno de los otros periódicos hablan de la Marea Ciudadana. El País incluye la noticia dentro de un apartado propio (El País TV) al comienzo de la página; Público, como segunda noticia y con una amplia cobertura fotográfica, hace mención de las detenciones tras la Marcha. Pero vamos con los medios de la caverna: ABC habla de las detenciones tras el 23-F (ahí el retintín del titular) en apenas una noticia residual; La Razón del incalificable Marhuenda (que nos obsequia con una columna acerca del "ministro valiente", va por Wert, ahí lo dejo), en otro titular residual habla de cerco al Congreso. Y por último, porque es para destacar, El Mundo de Pedro J., que ni siquiera hace mención de algo.
Como puede advertirse en estos nodo-ticiarios, la estrategia de la caverna es tratar de ocultar y deslegitimar la opinión de cientos de miles de ciudadanos de este país que se echan a las calles un día tras otro para hacer oír su voz de indignación ante una política que está condenando a este país a un futuro más negro que el presente actual, y ya es decir.
La prensa y los medios informativos están manipulados por el poder económico y lo demuestran con sus silencios, no ya con sus opiniones, que son libres de expresarlas. Pero, ¿por qué a las personas que no van de su cuerda no nos lo permiten?
Asco es lo que me provocan, y la ira se convierte poco a poco en la única respuesta posible. 

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