Por fin. Raül López se ha desvinculado del Real Madrid. Después de tres temporadas en su segunda etapa como blanco, por fin se marcha. El club negocia con Prigioni.
López es probablemente el jugador español con más fundamentos, pero tiene la cabeza de un percebe. Sus números de este año (Liga Regular), que según la prensa ha sido magnífico, son: casi 22 min. por partido, 6,7 ptos., 49% en T2, 42% en T3, 90% en TL, 1,35 rebotes, 3,3 asistencias (12º en la ACB), 27 balones recuperados, 45 perdidos, 36 faltas recibidas, 51 cometidas, 7,2 de valoración.
Comparándolo con otros bases: Prigioni (13 de valoración en 29 minutos), Rubio (14,7 de valoración en 22,7 min.), Cook (7,4 en 23,5 min.), Javi Salgado (10,6 en 24 min.), Lakovic (8,8 en 21 min.), Llull (9,2 en 22 min.)
Inferior a todos. Y eso que sólo me remito a la estadística. Si analizásemos lo que no se computa, principalmente cómo juega un equipo cuando le dirige un jugador u otro, lo de López es catastrófico. Ya ocurría cuando estaba Tunçeri. El equipo jugaba mejor con el turco. No había ansiedad, no se "comía" el balón con el tiempo de posesión, se defendía. Con López pasa todo lo contrario; incluso Llull se pierde. Siempre he dicho que López podría ser un escolta magnífico al lado de un buen base, pero...
En definitiva, alivio para la sección aunque ya le están cayendo palos a Florentino y a Messina por dejarlo ir. Esto demuestra que la mayoría de la gente no tiene ni idea, en especial los periodistas deportivos, que no han jugado en su vida a este deporte.
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