Leo el periódico y veo que en una encuesta de Demoscopia para El País a votantes del PP, ""un 73% está de acuerdo con que el presidente [Camps] siga en el cargo mientras no sea "formalmente condenado". Aunque el juez ve "indicios racionales suficientes" para imputar cohecho a Camps, todavía no se ha abierto juicio (el juez ha convocado una vista preliminar el próximo día 15 y la decisión se tomará después), y no hay forma de prever cuántos meses tardaría en llegar una condena o la absolución."" Sin embargo, el 61% de votantes del PSOE opina que debería dimitir.
La pregunta que me hago es ¿Cómo serían los porcentajes si el señor Camps perteneciese al PSOE o a IU?
Poniendo la mano en el fuego, estoy convencido que ese porcentaje de votantes propios no se acercaría al 73% ni de lejos. El votante de izquierdas se avergüenza de que individuos "presuntos" representen a su partido, incluso a algo parecido a sus ideas (véase el bolivariano presidente o el Fidel anquilosado, a quienes las izquierdas democráticas no ven con muy buenos ojos), y ni siquiera les conceden el beneficio de la duda. Normal, están escarmentados con Roldanes, Juanes Guerras, Tamayos y ralea del estilo. El votante de derechas, para nada, le da igual que sus representantes sean émulos de Capone o Maddox. Ahí está Fabra, enésimamente imputado y sigue ejerciendo como un cacique franquista y sacando mayorías. Y qué decir de il Cavaliere en Italia.
La clase política huele mal, pero el votante huele peor. Y porque no quiero parafrasear a Pedro Castro, pero me dan ganas.
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