Todos los medios son unánimes: hay un nuevo chico en el barrio del baloncesto que va a marcar el futuro inmediato; yo especificaría que más bien va a determinar el presente. Ese chico se llama Kevin Durant. Todo el mundo le conoció ayer (los aficionados a este deporte ya le conocíamos y los despistados le han redescubierto en este Campeonato del Mundo de Turquía) y se quedó con la boca abierta. El muchachito cumplirá este 29 de septiembre 22 añitos, lo que signigica que le queda cuerda para más de una década. Sus números son espectaculares y, por eso, el MVP del campeonato no me ha parecido nunca más justo, y eso que lo de Scola también ha sido de escándalo. Pero lo más llamativo es que una selección, la estadounidense, plagada de estrellas de la NBA (lo son, aunque muchos digan que son jugadores B) bisoñas y no tanto (Billups-Odom), ha bailado al son marcado por Durant sin rechistar. Si el chico se tiene que tirar el 60% de los tiros, que lo haga. Y visto lo visto, no les ha quedado otra. En cuanto Durant no lanzaba y lo hacía el resto, los porcentajes yanquis caían en picado. Otra cosa es la defensa, donde todos han estado especialmente motivados; las manos rápidas de estos chicos son espectaculares (también juegan con la inoperancia del silbato ante sus manotazos) pero en los pick&roll se quedaban siempre, cosa que, por otra parte, no han sabido leer los ataques rivales a excepción de Brasil. Su falta de altura no ha sido ápice para comerse a los pivots rivales; lo de ayer de los turcos fue de risa, por no decir de vergüenza. Tiarrones como castillos se intimidaron ante un equipo de "bajitos", donde Odom era el más alto. Auguro que los otomanos que vuelan este año para la NBA (Erden y Asik) se van a comer los mocos, porque carecen además de calidad. Para cerrar, me gustaría elogiar a Mike Krzyzewski, que ha devuelto la gloria a su selección (ya conquistó el oro en Pekín), contando con un equipo de jóvenes estrellitas NBA, a los que ha sabido bandear e introducir en una dinámica en la que si no trabajas y te lo tomas en serio, pierdes.
LA GATA DE TRES COLORES
Hace 3 meses
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