Hoy, 26 de enero de 2012, es un día para reflexionar en algunos de los campos que el autor de este blog trata de analizar cuando el tiempo, las ganas y las noticias se lo permiten.
La noticia política (jurídica) del día, sin duda, es la "no culpabilidad" de Camps y Costa que un jurado Popular (destaco la P de Popular) ha dictaminado en referencia al "juicio de los trajes".
El jurado considera que no hay pruebas inculpatorias, y que la relación de Camps con "su amigo del alma" (ese del que ha dicho durante el juicio que no le conocía cuando las conversaciones telefónicas grabadas demuestran todo lo contrario) es solo comercial. ¿Le sorprende a alguien el veredicto? A mí no. Éste es fiel reflejo de lo que pasa en Valencia desde hace años. La sabiduría del pueblo lleva otorgando en las urnas la mayoría absoluta a un señor que ha endeudado a su comunidad hasta finales del siglo XXXIII, que está detrás de la financiación ilegal del partido en la región, que ha pagado tropecientos millones de euros por vocetos y maquetas, etc.; es decir, que lo de los trajes es pecata minuta. Lo triste es que se le haya juzgado exclusivamente por esto. Más alucinante es que hasta el propio Camps estuviera a punto de declararse culpable en su momento, como hicieron dos de sus acólitos en junio. Por cierto, qué va a pasar ahora con ellos. ¿Esto es sabiduría Popular (vuelvo a remarcar la P)? Por descontado. Y la valenciana, lo es más. Ahora nos queda aguantar la rasgadura de vestiduras de los inculpados y de De Cospedal, pidiendo justicia por la restitución del nombre mancillado del expresidente. Solo nos falta que el estado tenga que indemnizarle. Que no me extrañaría según viene Gallardón ejerciendo de ministro de Justicia.
Ésta es otra. El ex edil de la capital viene dando fuerte cacareando que va a modificar algunas leyes y la composición del Tribunal Supremo. Y yo me pregunto, ¿va a agilizar los trámites o va a seguir siendo esto una peregrinación en el desierto de 40 años cada vez que uno se vea inmerso en un proceso? Mucho cambiar leyes a su gusto (ganaron las elecciones y les toca ahora legislar de forma retrógrada y ajustarlas a su ideología), pero de los problemas de funcionamiento y de eternizarse en los juzgados, nada de nada. Eso va a seguir igual. Y respecto a esto, ¿no se está dedicando el Gobierno a asuntos que no tienen importancia, como pregonaban las firmas y voces de la caverna cuando ZP hablaba, por ejemplo, de ETA, de Memoria Histórica, de aborto, de las nucleares... ya que para ellos la economía era la única cosa importante que existía, al menos hasta las elecciones? ¿Ésta ya no es tan importante, y más cuando los nubarrones que asoman en este país que iba a ser salvado por los descendientes del Cid son más negros que los cojones de un grillo? Me enervo con la hipocresía.
En este jueves tampoco puede faltar la crónica deportiva. Anoche se disputó un nuevo (y enésimo) Clásico. Desarrollo distinto, mismo final. La lectura es simple, el Madrid jugando al ataque (es evidente que Ötzil debe estar en el once esté bien o esté mal) puede hacerle pupa al Barça, pero que lo consiga es otra cosa. Ayer la suerte acompañó a los culés, el peor Barça desde hace muchísimo tiempo, y pasaron la eliminatoria. La cuestión añadida es por qué a pesar de ser el peor Barça, éste no pierde contra el mejor Madrid.
Yo sigo insitiendo en mi teoría freudiana de que el Madrid debería pedirle a los culés que vistan con el segundo uniforme, pues el blaugrana les cortocircuita (ayer menos). Anoche hasta los hados se cortocircuitaron y no fueron justos con los merengues. Pero fútbol es fútbol.
Y por último está el basket. El agorero de este perfil griego lleva vaticinando lo que sucedió anoche en el Palacio de los Deportes desde la pretemporada. Un equipo serio funde a uno que no lo es, que no tiene un director de juego en condiciones, que solo sabe correr contra medianías, que no se ha enfrentado a ningún equipo potente a igualdad de condiciones. Así: derrota por 19 puntos en casa, que condena al equipo a la más que probable segunda posición en el grupo (está por ver si lo consigue) y enfrentarse en el cruce de cuartos contra CSKA de Moscú con desventaja de campo.
El epitafio está esculpido en la losa antes de que el cadáver yazca bajo ella: un nuevo año sin Final Four.
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