Esta madrugada se ha jugado el primer partido de las finales de la NBA, con el resultado 100-75 a favor de los Los Ángeles Lakers, que tienen a favor el factor cancha. Lo primero que hago siempre cuando hay un partido así es mirar el cuadro estadístico en la página web de la NBA. Antes de acceder a él no me queda otra que ver los titulares de prensa. Hoy me he encontrado con que Bryant ha podido con los Magic. Mi primera deducción ante esto es que el alero californiano ha debido hacer una partidazo; la segunda, ¿cuántos puntos ha hecho y a costa de cuántos lanzamientos? Efectivamente, Bryant ha anotado 40 puntos (8 de 8 en tiros libres), 8 asistencias y 8 rebotes. Pero cuando voy a la casilla de lanzamientos veo que ha hecho 16 de 34 (0 de 1 en triples). 34 tiros un solo tipo, 33 de dos. El segundo jugador con más lanzamientos en Lakers fue Gasol con 12 (16 ptos., 2-2 en libres). El Madrid, en su partido contra el Tau, hizo ayer 50 tiros de dos. Las comparaciones me llevan a plantearme si cualquiera que lance 34 tiros no podrá anotar, al menos, de 25 a 30 puntos. No discuto la calidad de Bryant, pero insisto en el dato: con 34 lanzamientos cualquiera puede salirse aunque no esté muy acertado, ya que lanzar tanto implica también que vas más a la línea de personal. Yo me pregunto qué siente un jugador que ve que su único objetivo en la cancha es darle la pelota a otro para que se las chupe. Para mí eso no es baloncesto. Entiendo que haya jugadores que sean la referencia en ataque, pero hasta esos niveles extremos hacen que el baloncesto pierda su sentido como juego de equipo. En fin, quizá la NBA haya perdido tanto precisamente por eso.
LA GATA DE TRES COLORES
Hace 3 meses
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