Desde siempre me han apasionado la Historia y el Cine. No recuerdo el origen de mi afición a la primera; pero quizá el cine, ese peplum que se tragaba mi padre en televisión y que solía alternar con películas del Oeste o la filmografía del "pequeño ruiseñor", haya tenido parte de culpa. Un interesante nexo de unión entre Historia y Cine se produce en las películas bélicas; aunque no siempre veraces, éstas me fascinan, principalmente las ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. La televisión y el vídeo fueron los artífices de mi desembarco -término muy militar pero no menos apropiado- en este subgénero cinematográfico, pues los grandes títulos se rodaron en los años 50, 60 y 70. Por tanto, imposible que pudiera verlos en pantalla grande; eso sí, no desaproveché la ocasión de acudir a las salas cuando en los 90 se estrenaron las fantásticas Salvar al soldado Ryan, La delgada línea roja o Enemigo a las puertas, que trataron de revitalizar el género bélico clásico, olvidado en la década de los 80.
Arturo Pérez-Reverte escribió un melancólico artículo en su "Patente de corso" del suplemento de ABC del 15 de febrero de 2009, en el que hacía una interesante selección de películas de guerra (2.ª GM). Muchas de ellas no las he visto, pero otras sí. En este post me gustaría citar mis preferidas. Quizá el cine al que haré referencia no tenga la espectacularidad del actual, pero simplemente por el hecho de poder disfrutar de aquellos actores (actrices, pocas), verdaderas estrellas de la época (¿quién no participó en alguna?), merece la pena.
Si tuviese que escoger una, sería sin duda El puente sobre el río Kwai. Personalmente creo que recoge todo lo mejor del cine, no sólo el bélico: Dirección (David Lean se consagró como uno de los mejores de la historia del 7.º arte), interpretaciones [Sir Alec Guinness (coronel Nicholson) se llevó el Óscar con todo merecimiento haciendo la interpretación perfecta; Jack Hawkins (mayor Warden) resulta ser un secundario de lujo; William Holden (comandante Shears) es el antihéroe heróico; Sessue Hayakawa (coronel Saito) es el "malo" idóneo], guión (adaptado de la novela de Pierre Boulle, autor también de El planeta de los simios), fotografía y banda sonora (mítica la Marcha del coronel Boggie, ¿quién no la ha silbado alguna vez?). Tiene todo.
Siguiendo la lista, La gran evasión -qué decir del reparto y del ritmo de la película (¡Gran Steve McQueen! ¡Quiero ese guante de baseball!)-, Los cañones de Navarone -entiendo cuando mi abuela Gregoria perdía las cachas por Gregory Peck-, Patton -George C. Scott, si existe un dios de la interpretación, te tendrá a su vera seguro; la nariz de Karl Malden es el contrapunto pausado-, El día más largo -hasta me gusta John Wayne en su papel de teniente coronel Vandervoort, pero lo de Robert Mitchum como general Cota es de nota-, Doce del patíbulo -Lee Marvin y John Cassavetes, grandes, muy grandes-, Los violentos de Kelly -el tanquista hyppie que interpreta Donald Sutherland (sargento Oddball) es lo mejor que he visto entre los pirados cinematográficos; a destacar el utillaje (Shermans y Tigers incluidos)-, La noche de los generales -Peter O´Toole es por excelencia el actor que puede interpretar a un desequilibrado (general Tanz, en este caso), pero Omar Sharif como coronel de la Wehrmacht no termina de colar-, La cruz de hierro -Peckinpah siempre innovando y Senta Berger, ¡mamma mía, quién fuese estetoscopio!-, Un puente lejano -eso es poner en liza equipo y atrezzo real-, Tora! Tora! Tora! -tirando de maqueta pero con un rigor histórico absoluto-, El desafío de las águilas -Ay, Clint, estás en todo lo tuyo en el papel de tipo duro; pero el helicóptero sobra-, Comando en el mar de China -la carrera de Michael Caine y Cliff Robertson en la escena final es fantástica-, Los héroes del Telemark -en el duelo interpretativo entre Kirk Douglas y Richard Harris no sabes con quién quedarte-, Operación Crossbow -Porca miseria, Sofía-, La batalla de Inglaterra -eso sí que es contar con estrellas y aviones de verdad, por cierto, los aparatos alemanes pertenecían al Ejército español de la época-, El puente de Remagen -bárbaro Ben Gazzara, bien George Seagal-, Tobruk -me parece más flojita, aunque la imagen de la columna alemana de Feldgendarmerie circulando por una carretera del desierto es espectacular-, Rommel, el zorro del desierto -a James Mason lo tengo difuso en el majín-, 36 horas -Rod Taylor de nazi no encaja mucho, pero James Garner y Eva Marie Saint se salen-. Y entre las "modernas", aparte de las mencionadas anteriormente, Uno rojo, división de choque -Mark Hamill (Luke Skywalker) cambia el sable luz por un fusil M1 Garand y Lee Marvin da sus últimos coletazos-, El ojo de la aguja -Donald Sutherland llega a conmover siendo un espía nazi asesino-, El submarino (Das boot) -claustrofóbica- y Memphis Belle -principalmente por la ambientación y el equipamiento que aparece, porque es floja pese a estar basada en hechos reales-.
Aquí ha ido una pequeña dosis para las y los cinéfilos nostálgicos del buen cine. Películas que alguna vez nos hicieron soñar con aventuras, héroes y sus hazañas casi imposibles. Muchas de estas películas se pasan el rigor histórico por el forro, pero no cabe duda que el buen hacer de lo añejo está presente en todas ellas.