Ayer era el día en que se pretendía rodear el Congreso y no asaltarlo, como han tratado de difundir por activa y por pasiva tanto la Delegación del Gobierno como los medios de la caverna. 1.400 efectivos policiales fueron movilizados y se establecieron tres cordones de seguridad para impedir el acceso a las proximidades del hemiciclo, sí, ese lugar que nos representa a todos/as pero al que sólo pueden acceder unos/as pocos/as. Con toda esta pólvora era normal que la mecha se encendiese, aparte de que la gente está hasta el gorro de este sistema, que es contra lo que se protesta y que no cuenten milongas las Cospedales y morralla similar cuando equiparan a los colectivos convocantes con los golpistas del 23-F. Por cierto, habría que preguntarle a De Cospedal, la "demócrata", con quién se posicionó en aquella fecha.
Las cargas policiales han sido desproporcionadas. Yo estuve allí y la gente estaba tranquila, con sus pancartas, pitando y gritando consignas de vez en cuando. No entiendo este ensañamiento de los antidisturbios. Pero es ahora, cuando leo este enlace y veo las imágenes, empiezo a comprender por qué se desató el infierno. Yo vi polis de paisano desde primeras horas entre la multitud. Conociendo cómo se las gastan estos políticos fachas, no me extrañaría nada que esta denuncia fuera verdad y que son las autoridades las que están detrás del reventón de la manifestación. Se ha criminalizado el acto desde su convocatoria (ved si no el acoso y las identificaciones a las que han sido sometidos todos y todas los que han acudido a las asambleas callejeras o los cacheos a la gente que venía en autobús desde fuera de Madrid). Con la violencia de Neptuno se echa más leña y se justifica la acción policial al tiempo que se deslegitima la convocatoria. Por todo esto, hay más razones si cabe para protestar contra este emporio falaz que está llevando al país a la ruina y reclamar un proceso de asamblea constituyente.
Cada vez estoy más convencido que no nos representan.
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