Diecinueve años después, el Real Madrid se ha vuelto a proclamar campeón de la Copa del Rey de baloncesto. Ha llovido muchísimo. Demasiado. Y lo increíble es que los blancos lo han hecho contra pronóstico.
El Madrid se presentaba en esta Copa con las dudas de Siena, Bilbao y el efecto Miribilla clavado en los riñones, por mucho que lavase su cara en San Pablo el domingo pasado. Su juego en cuartos ante Mad-Croc Fuenlabrada no generó sensaciones esperanzadoras; y las semis contra Banca Cívica dejaron sabor agridulce. Por su parte, el Regal Barça había hecho los deberes sin despeinarse ante Lucentum Alicante y poniéndose el mono de trabajo contra Caja Laboral. Visto lo visto, se sacaba la conclusión de que una nueva copa, la tercera consecutiva, decoraría la sala de trofeos del Camp Nou.
Pero no ha sido así. Y no lo ha sido porque algo ha cambiado en los de Laso. Primero, y aunque parezca extraño, el Madrid ha ganado sin correr, que es la enseña del proyecto de esta temporada. No obstante ha metido 91 puntos (¡a la mejor defensa de Europa!), aunque parezca alucinante. La clave de esta anotación elevada está en los porcentajes de tiro: 62% en tiros de dos y 45% de tres. Con ese nivel de acierto es muy complicado perder. Para muestra el botón de dos canastas "claves" (las referenciaba Pascual en una entrevista post-partido): triple de Llull al final de la primera mitad, con lo que se iba el Madrid ganando de 9; y triple de Llull al final del tercer cuarto, con lo que la ventaja se quedaba en 8. Otros años hubiese sido al revés y las canastas hubiesen sumado en el casillero blaugrana.
Segundo punto determinante es que esta vez el Madrid ha contrarrestado a las estrellas culés, que siempre aparecen (Ndong 19-11-24 val., Lorbek 15-3-13 val. y Navarro 16-5 asis-13 val.), con sus propias estrellas (Llull 23-5 asis-25 val., Carroll 22-27 val. y Mirotic (9-5-10 val.). Otras veces el de Mahón, Felipe y Mirotic desaparecían. Por cierto, hoy el capitán ha seguido con su plan de ausentarse cuando se enfrenta al Barça. Sin embargo, esta vez han aportado los secundarios como Suárez (9-3-11 val.) y, en especial, Begic (10-4-2 tap.-9 val.). El esloveno ha sido un baluarte defensivo en la pintura, y no ha permitido que los pívots blaugranas dominasen como lo hacen habitualmente en sus choques contra los blancos. El rato que ha sido sustituido por Tomic (la lesión le tiene marcado), el Madrid lo ha notado. En los intangibles, llamados así por los especialistas, en los que el esloveno ha sumado han sido numerosos.
Tercer punto de este cambio de rumbo ha sido que Navarro no ha sido el Navarro que destaca contra el Madrid. Ha aportado, sí, pero a medias, con un 3/13 en tiros de campo. Se nota que su lesión le tiene limitado. No quita para destacar la defensa a la que le han sometido Singlair, Pocius, Carroll y, en menor medida, Llull. Aparte, Laso ha insistido en que se atacase al escolta internacional una y otra vez. Singlair, Pocius y, en gran medida, Carroll lo han martilleado. Ahí es donde el Barça ha sufrido.
Cuarto punto. Laso se ha dejado de rotaciones con los bases, ha exprimido a Llull al máximo y ha dejado a Rodríguez en apenas 7 minutos de juego. No hay más. El canario no es jugador para un grande.
Quinto punto. Eidson se ha lesionado en el segundo cuarto. Quién sabe lo que pudiera haber aportado este hombre en el resto del partido. El año pasado fue Anderson el que le dio la Copa al Barça.
Sexto punto. ¿Qué le ha pasado a Huertas? El brasileño no ha venido a la Copa. Si entre los dos bases (Sada) de un equipo anotan dos puntos... Malo. Ésta era la tónica en la que se movían los bases madridistas en los anteriores choques contra el Barça.
La Copa se acabó y una racha negativa también. Pero no nos engañemos. El Madrid de Laso está a punto de fracasar en Europa, si no lo soluciona una carambola milagrosa, y esta victoria no limpia toda la mierda acumulada. La Copa es un retoque en la cara con el colorete y el pintalabios, que aunque haya sido con productos de marca éste se ha hecho en el camerino, pues todavía no se ha salido a la pista de baile de Danzad, danzad malditos, donde ganaba el concurso la pareja que aguantaba hasta el final. ¿Resistirá el Madrid hasta final de temporada? No obstante, lo que está claro es que es mejor salir a bailar con ilusión que hacerlo sin ella.
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