Sigo sin dar crédito al anuncio de ayer del nuevo ministro de Interior, Fernández Díaz, de que la resistencia pasiva se convertirá en delito y que se incluirá como "delito de integración en organización criminal" convocar concentraciones violentas por Internet. O sea que, con esta reforma, Gandhi y Luther King serían considerados criminales. Y los perroflautas del 15-M, borrokas.
El Gobierno sale con que esta medida de endurecer el Código Penal se debe a los graves incidentes ocurridos en Barcelona el 29-M. Me parece bien que reciban castigo los que cometen salvajadas de ese calibre, aunque me resulta algo excesivo de calificarlo como terrorismo, que es lo que pretende hacer la reforma; pero ¿qué salvajada está cometiendo una persona que se sienta en el suelo o enarbola una pancarta como señal de protesta? Y con respecto a las concentraciones violentas vía Internet, ¿quién tiene capacidad para calificar algo como concentración violenta, y en qué momento pasa una concentración no violenta a serlo? ¿Antes o después de la convocatoria? ¿Serían tachadas de violentas las manifestaciones contra el aborto y a favor de la familia cristiana, donde se gritan consignas para nada solidarias con el prójimo y ultrajantes contra personas con ideario de izquierdas?
Todo parece de chiste, pero es en serio. Este Gobierno pretende acallar a las personas que protestan, que cada vez son más debido a las medidas de recortes que se están tomando. Al día de hoy se producen unas 60 manifestaciones de todo tipo al día, un 36% que hace cinco años, algo que no gusta a los nuevos dirigentes. La gente tiene que tragar y ya está, que para eso hemos ganado las elecciones con mayoría absoluta. Hay que limitar (callar) estas protestas sea como sea, y si es con el amparo de una ley modificada al gusto, mejor. Con todo ello se quiere criminalizar a quien dice basta.
¿Quién es tan iluso/a de no ver que vamos hacia atrás con este gobierno inquisitorial? A este paso pronto aplicarán la Ley de Vagos y Maleantes, la limitación del Derecho de reunión y la Libertad de prensa no afín. No podrán juntarse más de tres personas a no ser que sea en misa y nadie podrá hablar si no está amparado por Intereconomía, El Mundo, La Razón, La COPE, ABC y es.radio.
Ahí va una foto de los que serán en un futuro próximo tachados como peligrosos criminales.
Ahora sí que va a tocar santigüarse.
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