Está comprobado que no hay persona más oportunista que la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y no duda en aprovechar la situación de debilidad de cualquier contrincante (sí, Rajoy, lo es también) para lanzar dentelladas. Espe podía bien ser la protagonista de Tiburón V. Huele la sangre y ataca. Ahora le toca al presidente del país, su secretario general. Rajoy anda con las orejas agachadas por todo lo que cae y en silencio ante las preguntas. Y ahí está ella, mala, porque no tiene otro calificativo, soltando dentelladas a troche y moche. Y colocándose medallas y haciendo sus pinitos con la caverna, su caverna. Porque no nos engañemos, ella patrocina a la caverna y la caverna la ampara. Son tal para cual. La postulanta vuelve a la carga y no mira más que otra cosa que su interés. Por cierto, la que no iba a tocar el transporte público en Madrid, lo ha subido de media un 11%. Así quiere fomentar el transporte público. Claro, como ella va en coche oficial.
LA GATA DE TRES COLORES
Hace 3 meses
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