Como se venía barruntando durante todo el año, Estudiantes consumó ayer su descenso a LEB. ¿Es un palo para los aficionados al baloncesto? Pues depende cómo se mire. Para las aficiones de Murcia, Obradoiro y Fuenlabrada, lo dudo.
El club del Ramiro llevaba jugando con el que si sí que si no desde hace unas cuantas temporadas. Su objetivo no era ya meterse en playoff, sino salvar la categoría. El año pasado lo consiguió en el último partido. Pero este año no pudo ser. A pesar de su suicidio, la llegada de Poch casi les había vuelto a redimir. Dependían de sí mismos en la última jornada, si ganaban a UCAM Murcia de 14 se salvaban -estuvieron 11 arriba-, pero el fuelle no dio para más, y Murcia demostró ser mejor equipo.
Ahora vienen las críticas y las lágrimas. Triste final para la carrera deportiva de Carlos Jiménez.
Estudiantes cuenta con una afición incondicional, una de las mejoras canteras del baloncesto (últimamente no tanto), patrocinadores y apoyo oficial de las instituciones, y con todo y con eso ha descendido. Es evidente que la gestión del club es como la de un club de Azerbayán. En lo económico se ha visto agobiado por las deudas, y en lo deportivo ha ido perdiendo relevancia la cantera (ahora en plantilla: Jiménez, De la Fuente, Granger, Driesen, Clark, Fernández y Nogueira) en contraposición a la llegada masiva de fichajes foráneos, que a excepción de Jasen, nunca han tenido un rendimiento excepcional. Dónde quedan los tiempos de Pinone, Winslow, etc. Este año se han llevado la palma por lo negativo sus fichajes de principio de temporada (Flores, Wright y Simmons), y los refuerzos sustitutorios tampoco han dado el callo excepto Kirksay. Los de casa, poco, muy poco. Sólo Granger ha destacado, y Jiménez ha dado lo que ha podido. Los demás, nada de nada. Lastimoso es que este año se haya tenido que recurrir a Jiménez y De la Fuente. Cosa aparte es Gabriel, que no es de la cantera estudiantil sino de la de Unicaja, que ha hecho una grandísima temporada.
Ahora es momento de reflexionar y asentar cuál va a ser el modelo a seguir en LEB. O cantera o ser un club de baloncesto actualizado. Visto lo visto, con la cantera lo tiene difícil. Algo así le pasa al Joventut, que ya le ha visto las orejas al lobo.
Y, por cierto, ¿dónde está Pepu, el principal culpable del desastre deportivo de este año? Ah, sí, abandonó el barco a tiempo de que se le pudiera echar en cara algo. Me recuerda a Víctor Fernández, que el año que el Real Zaragoza se gastó más dinero en su historia, haciéndole un equipo a su antojo, cogió las de Villadiego antes de descender y nadie le reprochó nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario